-¿Quién eres?
Nací en Barcelona
en 1957. En el Poble Sec. A los 8 años, mi madre encontró trabajo en Lleida.
Vinimos a los desaparecidos bloques del Seminario. Fue una infancia muy
divertida, lo pasé muy bien. Siempre digo que éramos felices porque no sabíamos
que éramos pobres y porque en realidad nunca faltó de nada. Estudié en el
colegio Sant Jordi. Desde entonces en Lleida, salvo en algunos periodos.
- Crítico, opinador, influencer… ¿tu etiqueta?
Influencer es una
palabra que me sobrepasa. Tengo 57.000 seguidores en Twitter pero no quiere
decir nada; hoy están y tal vez mañana no. Soy una persona del siglo XX.
Estamos en el XXI y lo de influencer
creo que a mí no me toca. Crítico porque es el término establecido. Viene del
griego: “el que juzga”. Prefiero analista. Suena presuntuoso, pero creo que es
lo que hago. Un amigo me dijo que un crítico es el que ve detalles que a la
gente se les pueden escapar, o que va al cine más veces de lo habitual, o cómo interpreta
y describe las películas. Además he ido al cine desde muy pequeño. Mi madre
trabajaba y había un vecino que era taquillero en el antiguo cine Viñes ,que ya
no existe, como tantos otros. Me sentaban en una silla y veía las sesiones
continuas hasta que me recogían para ir a casa. Por eso los fines de semana no
quería ir al cine con los amigos ya que iba toda la semana. La primera película
que vi fue King Kong en los Maristas. Me impresionó tanto que quedé abducido.
El cine es como un vampiro. Aglutina todas las artes, la fotografía, la
literatura, la música, el teatro… Como
decía Cabrera Infante, el de crítico es un oficio del siglo XX porque es un
arte joven. Siempre me ha parecido una fuente para conocer el mundo sin moverte
de una butaca, como un aventurero de salón, sobre todo cuando eres joven. Al
mismo tiempo, también estimula la lectura. Mi abuelo me impulsaba a ello
leyendo por ejemplo “La isla del tesoro” de Stevenson, “El conde de
Montecristo” y “Los tres mosqueteros” de Dumas o “Moby Dick” de Melville, que
después en el cine con películas de piratas y capa y espada acababan
fascinándome. La construcción de una imaginería que nos forma como personas. De
ahí que mis aficiones sean la literatura y las artes en general porque siempre
se aprende, siempre.
- Tú, como
cualquier humano, tendrás tus gustos. ¿Tus preferencias contaminan tus opiniones
críticas? Expresado de otra forma, tienes tus favoritos (directores, actores, productores,etc.)
¿Por ejemplo?
No. Eso no creo ni
que fuese justo. Soy humano, pero con 35 años escribiendo de cine, llega un momento
en que aprendes o intentas ser una persona neutral. Cuando entras en una sala
de cine, piensas que algo te puede sorprender. Cosas que no conocía me han
sorprendido para bien y otras con una gran promoción, me han defraudado. Trato
de ver en una película aquello que me sugiere, el cómo está hecha, que me diga algo,
ya sea la fotografía, el guion, la banda sonora, la interpretación, la historia
que cuenta… Son un cúmulo de cosas que después intentas explicar lo mejor que
puedes o lo mejor que sabes. Es obvio que tienes preferencias, como todo el mundo. De un director que te gusta siempre
tienes la esperanza de que su última producción, la más reciente, también te
guste. A veces sucede y otras no... Pero es así. Directores que no me gustan
también los hay, pero intento explicar la película sin visceralidades.
Tengo que decir que
he visto mucho cine clásico. Es como ver un cuadro de Caravaggio, centenares de
veces. Es algo que admiras. Lo mismo con las películas clásicas. Da igual que
sea en blanco y negro. Pueden decir que es antigua, pero no sé qué sentido
tenemos de lo antiguo. Quizás tengan que ver los avances tecnológicos, que
convirtieron parte del cine en un espectáculo: el color, el formato panorámico,
etc. Es algo normal que va con los tiempos. Lo cierto es que en blanco y negro
o en color siempre hubo buenas películas. Las hay y las habrá porque es una
cuestión de talento, eso es indiscutible. Antes escribía en una Olivetti y
ahora en un ordenador. Todos los avances tienen unas capacidades
extraordinarias. Hay miles de ejemplos. Coches de las décadas de los 30, 40 o
50, que son maravillosos. Un Bugatti, un Buick Roadmaster, un Hispano Suiza y
así hasta llegar a un Aston Martin de los 60… son verdaderas obras de arte. Yo
no soy de coches. No tengo ni carnet de conducir, pero… la belleza siempre está
ahí. Una película en blanco y negro tiene muchos matices. El cine negro de los
treinta, cuarenta y parte de los cincuenta era muy bueno. Se sustentaba en
guiones maravillosos y en directores extraordinarios. Actores y actrices que ya
son inmortales. A mí, cuando me preguntan qué es un fantasma, digo: un fantasma
es Humphrey Bogart, Marilyn Monroe… porque a través de la pantalla los ves moverse,
hablar, reír… En el cine en blanco y negro intervenía la luz con directores de
fotografía como Stanley Cortez, Nicholas
Musuraca, James Wong Howe, Gregg Toland y tantos otros. Eso es irrepetible.
- Pero tienes
tus favoritos. (*)
Soy muy ecléctico.
Me gustan muchísimos actores, actrices y directores. Hablando de cine clásico:
John Ford, Billy Wilder, Fritz Lang, Howard Hawks, pero también realizadores
como John Huston, Jean-Pierre Melville, Mario Monicelli, Luis García Berlanga,
Ettore Scola, Stanley Kubrick, Clint Eastwood, Wong Kar-way, Woody Allen, muchos…
Y de películas ni hablamos. Todo depende de lo que te sugiere esa película, esa
pintura o cualquier expresión artística.
(*) En el número 31 de Plec de Abril de 2021, publicamos
“Los 100 amores” de Juan Ferrer. 100 películas favoritas
- Has escrito
centenares de críticas de películas. De las producciones más variadas y de las
más diversas procedencias. ¿Tienen señas de identidad diferentes, o se van
unificando?
El cine depende
mucho del director. De lo que quiere contar. Por ejemplo, yo he visto muy poco cine
de Bollywood. Es el mayor productor, pero es para un mercado interno inmenso.
Igual que el cine africano. Se ve muy poco. El cine americano tiene una
industria muy potente y marca territorio. Es el cine como espectáculo. Como el
de los superhéroes. Pero también en América está el cine independiente que cuenta
otras historias de manera más realista. Es más auténtico y un verdadero generador
de cineastas jóvenes.
El cine francés
tiene señas de identidad. Ha tenido grandes directores, pero últimamente tiene una
tendencia hacia la comedia. Porque es más productiva, hace más taquilla. El
cine es un negocio. Aparte de esto, está muy bien protegido por el gobierno, cosa
que no pasa en otros países, en otras cinematografías. Además también producen
muy buenas películas El cine italiano y sus grandes figuras, el neorrealismo. Tuvo
su gran momento y también su decadencia. Desde hace unos años, a través de gente
como Paolo Sorrentino, Nani Moretti, Marco Bellocchio y otros directores,
vuelve a ocupar su lugar. El cine español ha tenido y tiene muy buenos cineastas.
Pero cuando te dicen las estadísticas, tantos espectadores han ido a ver cine
español , no es correcto. Han ido a ver tres películas españolas con gran
taquillaje, no cine español en general.. Muchas más películas españolas no las
ha ido a ver nadie. Aquí, cuando se subvenciona bien una película es porque
saben que tendrá rédito. Eso no tiene nada que ver con la calidad. Hay
películas muy buenas que poca gente va a ver y películas que dan vergüenza
ajena que están en el top de las taquillas. Las subvenciones tienen mucho que
ver. Si tienes salas “embargadas” por el cine americano y les obligan a poner
las del país, es como una ventana abierta. A veces, si nadie dice nada, las películas
después de mucho esfuerzo se quedan en la “nevera”. Y luego, aparte, también
hay una asignatura pendiente: el cine catalán. Hay que distinguir entre el cine
hecho por catalanes y el cine en catalán. Aquí está el ESCAC (Escola Superior
de Cinema i Audiovisuals de Catalunya), una escuela impresionante. Bayona ha
salido de ahí, como muchos directores y directoras. Que se haya abierto una
puerta a las realizadoras ha enriquecido muchísimo -ya era hora-. Nuevas ideas,
nuevas miradas. Eso es lo que necesita el cine: regeneración.
- ¿Lees las
críticas de colegas de otros ámbitos, nacional, internacional o local? Algunos
han llegado a ser referentes. Tu aquí eres un referente. ¿Tienes esa sensación?.
No. Leo las
críticas de otros, es defecto profesional. Muchas me gustan, otras menos y
otras nada. Como cualquier ciudadano de a pie. Hay algunos que resulta muy
gratificante leerlos, no soy una persona egocéntrica. La misma película la
vemos a veces de distinta forma y eso está muy bien. No me siento un referente.
Lleida no tiene una
maquinaria cultural poderosa como Barcelona o Madrid. Aquí aportamos nuestro grano
de arena. Además, ser un referente debe ser algo muy pesado de llevar. Lleida
no es una ciudad grande, pero te puedes encontrar con personas que son
artistas, o que dirigen festivales y encuentros de todo tipo como puede ser la magnífica
Fira de Titelles o el Jazz Tardor. También pintores, escritores… Todo es más distendido.
En Lleida ser referente significa poco.
- ¿Los
certámenes cinematográficos marcan espacios en las producciones? Los hay muy conocidos
y otros más modestos. ¿Son maneras de seleccionar audiencia o de buscar audiencia?
Sí. Hay festivales
que tienen una serie de seguidores que saben que ese festival muestra lo que
está dentro de sus gustos particulares. Por ejemplo, Sitges es un festival de
cine fantástico y de terror y se llena de gente a los que les gusta este
género. Otros quieren ver producciones que no suelen ver en los cines como el
cine Latinoamericano, que llega con cuentagotas aquí. Y te sorprendes con la
cantidad de buenas producciones de México, Argentina, Brasil… y ganan en
grandes festivales. Latinoamérica no es un país, son muchos países. Todo un
continente con diferentes miradas y personalidades. Los festivales ayudan a
promocionar películas y directores. Los hay de “clase A”, muy importantes. Exhiben
los grandes estrenos mundiales. Las grandes productoras están ahí. Venecia, San
Sebastián, Berlín… el más importante de todos es Cannes. En estos festivales se
ejerce eso que se llama “glamour”. La pasarela mediática y todo eso, pero que también
programan cientos de películas. Hay muchos otros festivales, más pequeños
–porque entre otras cosas tienen poco presupuesto-, muy interesantes. Son
pequeños no porque quieran. Un festival que quiera promocionar el cine tiene
que tener ayudas y también tiene que buscarlas.
- ¿Has ido a
muchos certámenes, nacionales, internacionales…muchos viajes?
Sí. En los
festivales se concentra tanto cine que ves muchas cosas nuevas. Tienes una mirada
que trasladas a tu labor crítica, o a la programación cuando organizas un ciclo
o diriges un festival. Me ha ayudado bastante porque nadie nace enseñado.
Además, los festivales tienen un ritmo loco, frenético, que demuestra que el
cine sigue vivo. Muchísimas personas. Salas llenas. Puede ser que haya
temporadas bajas, pero eso es cíclico. Como en la mayoría de actividades. Como
la vida misma.
- ¿Has conocido a personajes del mundillo?
Sí, claro. Es
inevitable. Y más si has dirigido un festival o formas parte de jurados. Procuras
tener y hacer muchos contactos. Con algunos mantengo una buena amistad.
- En Lleida
también se organizan festivales, muestras. Es un aspecto interesante teniendo
en cuenta el trabajo organizativo y la repercusión que pueda tener. ¿Son
escaparate?
Sí, toda actividad
puede ser un escaparate. Además, promocionan la ciudad a nivel cultural. Los
festivales están bien. Cada uno tiene su manera de hacer. Son diferentes entre
sí. Hubo un tiempo en que aprendí. Intercambiaba ideas. Ahora ya no me muevo
tanto.
- Lleida tuvo
hace unas décadas muchas salas de exhibición. ¿Ahora las plataformas de streaming
son presente y futuro? ¿Una puerta se abre y otra se cierra? ¿Qué papel tienen
las salas de cine en un corto, medio plazo? ¿Te atreves a pronosticar?
Pregunta obligada,
si las plataformas de streaming se comerán el cine (las salas de exhibición tal
como las entendemos ahora). Desde que hay televisión, se programan películas.
Hace ya años. Otra cosa es ir al cine. Creo que hoy en día hay una convivencia.
Muchas personas se han aposentado en las plataformas, pero incluso hay
películas que se estrenan simultáneamente en salas y en streaming. Lo que
cambia es la forma de ver la película. Con la plataforma, en el sofá de casa,
te permites hacer cosas que no puedes hacer en el cine como interrumpir la
proyección por un tiempo. Pero ver el cine en una sala es como una ceremonia,
un rito. Nada que ver con verlo en casa.
El cine siempre fue un acto social. Las plataformas nos han aislado bastante.
El ir a ver una película, o un concierto de música, o una exposición, nos forma
como personas. Este aspecto es muy interesante, pero creo que ya hay una lógica
normalidad en eso de las plataformas. Luego están las luchas entre las salas. Las
grandes, que son por norma más comerciales, y por otro lado están las pequeñas.
Por ejemplo, el Screenbox Lleida. Tienen programaciones diferentes y más
interesantes para un público que busca alguna cosa más que el puro
divertimento. A mí lo que me gusta y apoyo es esa lucha permanente por estar
ahí, por aguantar, por defender una idea. Por los espectadores que van a ver producciones
que, de otro modo, pasarían de largo. Sí creo que hay una convivencia. El ser
humano se adapta a todo. Antes hubo el VHS, después el DVD, el Blue-ray, etc. ¡Que
ahora ya están obsoletos porque las plataformas streaming tienen importante
contenido, seguro! Pero hay títulos que
solo los podrás ver si los tienes en DVD o Blue-ray. Por ello, algunos aún
conservamos sus copias para revisarlas en su casa.
- También has
hecho tus pinitos en televisión. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Distinto escribir
que hablar?
A mí me gustaba más
la radio. Tenías la sensación de más libertad. La televisión es más imagen. Si
lo haces con otra persona, como en mi caso con J.C. Miranda, puede haber
momentos divertidos. Había guion, pero no me ceñía mucho al papel. Improvisaba.
Trataba de divertirme.
Opinión muy clara. PLEC es una revista valiente. Teniendo en cuenta cómo está el panorama, el mundo de las publicaciones en papel, es una revista resistente, con artículos y entrevistas interesantes. Conozco alguno de los colaboradores y entrevistados. En ese aspecto me gusta sentirme un leridano más. Creo que debería tener un mayor reconocimiento. Es una revista de aquí y hecha aquí. Me sabría mal si no existiera. Como me sabe o sabría mal que no se hicieran más cosas culturales en nuestro ámbito. La cultura hace pensar y te hace libre. Una ciudad que promociona y defiende la cultura es una ciudad más rica, más ciudadana y comprometida con el lugar que habita. Lo contrario lleva a una ciudad fracasada.
The End
(El cine no ha
muerto)
Así lo
entendemos después de esta agradable conversación con Juan Ferrer. Sea o no
referente, sí es una voz-palabra muy autorizada. Hemos conocido un poco más el
Séptimo Arte. Por cierto, me ha dicho que el octavo arte es la fotografía y el
noveno, el cómic. Plec tiene faena. Finalmente otro tema que –teniendo presencia
en la revista- estaba pendiente. Un placer publicar, aunque sea de forma
reducida, la visión de un analista del Séptimo Arte. Para acabar, sólo me queda
una incógnita. Después de la vida profesional activa, ¿Juan pasará al club de
los nostálgicos como yo? Qui lo sa.
Larga vida al
cine.
Rafael Baitg
conversación y fotos
Publicat a la Revista Plec núm 45. Setembre 2024
- Crítico cinematográfico del Diario Segre (Lleida) desde 1989. 35 años de relación ininterrumpida con este medio de prensa escrita.
- Fundador y Director de la Mostra de Cine Latinoamericano de Catalunya en sus 25 ediciones. (Premio Sant Jordi de Cinematografía y Cartelera Turia de Valencia).
- Miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España.
- Miembro de la Acadèmia del Cinema Català (Acadèmic 405).
- Coordinador de la conmemoración del Centenario del Cine Español en Caixafòrum.
- Coordinador de la sección de Cine Español en el III y IV Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Argentina).
- Coordinador en el Grec de Barcelona en la edición dedicada a Argentina.
- Dirigió y presentó durante seis temporadas junto con José Carlos Miranda, el programa cinematográfico “Hollywood Boulevard” y “Hollywood Boulevard Classics” de Lleida Televisió y escribió en publicaciones como Jazzology o La Conficencial.
- Responsable de la entrega de un Goya en la Gala de la XVIII Edición de los Premios de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España a la Mejor Película Latinoamericana.
- Premio de Honor en el Festival de Cine de Villaverde (Madrid) a la mejor difusión del cine latinoamericano, 2008.
- Premio “Mario Dall’Argine” 2009 al personaje internacional que más ha destacado en la difusión del la cultura cinematográfica. San Giò Festival, Verona (Italia), 2009.
- Premio Luís Buñuel concedido por el Centro Buñuel de Calanda, 2009.
- Reconocimiento de la Fundación Casa América Catalunya en 2011 Y 2019.
-Premio de Honor de la Mostra de Curtmetratges per la Identitat de la Associació (ACIM) Argentina / Catalunya, 2012.
- Premio alla promozione della cultura latinoamericana in Europa. XXX Festival del Cinema Latinoamericano di Trieste, Italia 2015.
- Académico de Honor de la Acadèmia de Cinema Català, 2022.
-Gran Persona de Lleida (2009) Els Armats de Lleida.
Premio Comunicació del Col.legi de Directors i Directores de Catalunya por la sección “Cine contra el virus”, 2020.
Premio de la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana, 2019.
Premio de Honor V Festival de Cine de Comedia de Begur (Girona), 2019.
Medalla de la Paeria al mèrit cultural o artistic, 2023.