Cinco españoles curtidos en política – Miquel Roca, Rodolfo Martin Villa, Francisco Rubio Llorente, Julián Ariza y José Ángel Cuerda- defenderán en las próximas semanas en EL PAÍS la acción política frente al desencanto actual.
Parece mentira que un individuo de la calaña de Rodolfo
Martin Villa, tenga audiencia en determinados medios que se auto adjudican la máxima
de adalides de la prensa democrática. Una vez más –y van muchas- al vocero
autodefinido como el diario de la democracia, se le ha visto el plumero.
En todo caso, es individuo, del que me repugna incluso
escribir su nombre, fue uno de los máximos brazos ejecutores de la política criminal
del último periodo de la cruenta dictadura franquista. Proclamó –sin temblor en la boca- a los cuatro
viento que el se cargaría al movimiento anarcosindicalista. Hay que decir que casi
lo consigue y desde luego le hizo una herida grave. Ya en los primeros días después de la muerte
del dictador, se alineó –y fue uno de los destacados- con los que idearon la
transición de tal manera que no perdieran las prebendas conseguidas. Él fue uno de los más brillantes ideólogos de
esa transición que hoy todavía estamos pagando.
Después ha ido pasando, aún está en ello, por varias de las grandes
empresas públicas del país. Podemos imaginarnos con que objetivo.
Me faltan calificativos ante tanta vileza. ¿Y qué todavía tenga
audiencia en espacios públicos? Vergonzoso
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